Bolsa para torpes

El libro bolsa para torpes existe? Claro que sí, y aquí explicaremos algunos conceptos sobre forex, bolsa, inversiones, y demás; procedo a explicar en lenguaje llano, libre de tecnicismos. No voy a hablar de Fibonaccis o cambios de tendencia sugeridos por la rotura del indicador MACD o RSI de turno o de la directriz equis. Creo que hablar en chino no nos hace más listos sino más pedantes. Y, sinceramente, tratar de acertar el comportamiento del mercado es en esencia imposible. El problema es que todos esos indicadores de cambio de tendencia, etc, afectan a la psicología de miles de inversores a la vez así que en los valores con mucha liquidez pueden ser la profecía autocumplida si todo el mundo ve una clara señal de compra todo el mundo comprará. Mi objetivo es ser claro y comprensible y que este sea un punto de reunión de quienes aprendemos a invertir desde una vertiente no tan fría como la de los gurús de las finanzas. Así que, vamos a ello.

Bolsa para torpes: Conceptos básicos

Rentabilidad: llamamos rentabilidad al beneficio que le hemos sacado a nuestro capital en un plazo determinado de tiempo. Se expresa en porcentajes, naturalmente y si queréis una explicación más detallada de como calcularla la tenéis en enriquecimiento personal e interés compuesto. Hablamos de rentabilidad bruta cuando aun no le hemos descontado los impuestos y de rentabilidad neta cuando ya están descontados. En muchos casos el propio banco nos descuenta los impuestos directamente, por ejemplo al pagarnos sus intereses, pero a veces no se nos descuenta al momento por lo que tocará abonar los impuesto cuando declaremos a hacienda.

Renta fija y renta variable: llamamos renta fija a toda aquella inversión cuya rentabilidad está fijada de antemano. Por otra parte, la renta variable, como su propio nombre indica, varía así que nadie nos puede asegurar que valor obtendremos. Es más, si elegimos mal momento o mal sector puede que hasta obtengamos una rentabilidad nula o negativa. Ese es el riesgo de invertir en variable, ya sabéis.

Fiscalidad: los beneficios obtenidos tanto en renta fija como variable se consideran por hacienda como rendimientos de capital mobiliario por lo que tributan como tales. En la entrada enriquecimiento personal e interés compuesto hicimos ya mención a la fiscalidad de las ganancias en renta fija o variable. Dijimos que hasta ahora todas tributaban al 18% pero que a partir del año que viene tributarían al 19% y, para ganancias superiores a los 6.000€, al 21%. Al cobro de dividendos le ocurre exactamente lo mismo habrá que tributarlos a las mismas tasas. En caso de que hayamos liquidado alguna inversión con pérdidas es importante saber que vamos a poder compensarlas con nuestras ganancias. Así, cuando llegue la declaración de la renta tocará rendir cuentas y hacer el balance. Respecto al tiempo que tengamos las acciones hay que decir que no afectará a su fiscalidad, hace unos años si se mantenían más de un año esta se reducía pero actualmente esto ya no es así. Finalmente conviene saber que si tenemos acciones de mercados extranjeros puede que el cobro de dividendos sufra una doble imposición en origen y aquí. Aunque creo que hay posibilidades de deducir por dicho motivo es un aspecto a tener en cuenta.

Bonos: los bonos puede ser emitidos por estados o por empresas. Un bono, obligación o letra es deuda. Cuando uno compra deuda compra un activo de renta fija. Es una forma que tienen sobretodo los estados pero también las empresas de obtener efectivo de los inversores asegurándoles a cambio el retorno del capital invertido en un plazo determinado más unos intereses estipulados de antemano. El emisor del bono se endeuda con su comprador. La rentabilidad del bono va a depender principalmente de dos factores, de los tipos de interés del momento y de la fiabilidad del deudor. A más riesgo mayor tasa de interés para compensarlo. De ahí que países emergentes como Turquía o Brasil den rentabilidades elevadas mientras que los bonos alemanes son de los más bajos del mercado. Con las empresas lo mismo, no es lo mismo un bono de Nueva Rumasa que uno de Gas Natural el primero da mucho interés pero a ver quien es el guapo que entra y más sin estar reconocido por la CNMV. El mercado de bonos tiene, también, una componente variable, el mercado secundario donde se pueden comprar y vender antes de haber cumplido el plazo. Según los tipos de interés del momento puede que el bono se revalorice o se deprecie en dicho mercado.


Acciones: las acciones son otra forma a la que recurren muchas empresas para obtener liquidez solo que en este caso en vez de emitir deuda lo que se hace es fraccionar la propiedad de la empresa en trocitos, cada trocito es una acción por lo que al poseedor de títulos de la empresa lo hace, de hecho, poseedor de una parte de la empresa. El precio de la acción, como ya sabemos, es variable y, usualmente, tiene que ver con la buena marcha de la empresa y con las expectativas que hay depositadas en ella, así que su rentabilidad será variable. Por otra parte muchas empresas periódicamente emiten dividendos a cuenta que reparten proporcionalmente entre todos sus accionistas, el valor de estos dividendos, nuevamente, suele ir relacionado con su cuenta de resultados. A parte del económico, hay motivos de prestigio que puede hacer a una empresa cotizar en bolsa.

Índice: es un conjunto de títulos representativos de un mercado o sector que se ponderan según su capitalización bursátil. Se usan para analizar de un vistazo la tendencia global de la bolsa, por otra parte por su naturaleza diversificada por definición suelen conseguir muy buenas rentabilidades cuando las cosas van bien por lo que existen muchos fondos o derivados que invierten directamente en índices.

Burbuja: Hay casos excepcionales en que la valoración de una empresa o sector excede toda racionalidad y crece sin cesar produciéndose un extraño fenómeno que se retroalimenta a sí mismo. Ya que se invierte en ese valor tan solo por la expectativa de crecimiento del precio del valor en sí no de la empresa que hay tras de él. Esa corriente especulativa acaba deteniéndose en seco cuando todos han comprado. Entonces, de golpe y sin avisar el precio se desploma y vuelve a niveles razonables. Se dice entonces que la burbuja ha pinchado o que se ha deshinchado.

Liquidez: es el efectivo disponible. El dinero que tenemos en cuentas corrientes o en nuestro propio monedero. Las inversiones sean en renta fija o variable suelen ofrecer rentabilidades superiores a través de depósitos, deuda pública, acciones o fondos a cambio de sacrificar parte de nuestra liquidez ya que no podemos salir a la calle e ir al supermercado a comprar con un bono del estado. Existen grados de liquidez, hay inversiones muy poco líquidas, la inmobiliaria, la inversión en negocios cuya amortización solo se produce al cabo de cierto periodo de años o ser prestamista de créditos personales, en ese tipo de inversiones nos resulta casi imposible salirnos cuando queramos. Por otro lado la inversión en acciones o fondos sería mucho más liquida ya que podemos disponer de efectivo en corto plazo. Así mismo cuando decimos que un valor es muy líquido, queremos decir que tiene mucho efectivo invertido en él, es decir que para influir en su cotización haría falta una cantidad enorme de dinero lo que está fuera del alcance de la mayoría. Estos son los que denominamos blue chips mientras que los valores poco líquidos se denominan chicharros. De la misma forma también hay diferencias de liquidez entre los índices, así el SP500 será mucho más líquido que el IBEX35 dominado por tan solo unos pocos valores.

Volumen: el volumen negociado es la cantidad de dinero que se ha intercambiado en un determinado lapso de tiempo por un título. Suele ir relacionado con lo líquido del valor pero no tiene porqué. Normalmente cuanto más líquido es el valor más volumen pero a veces situaciones excepcionales pueden producir grandes movimientos de compra/venta en otros títulos menores lo que les lleva a tener, ese día en concreto un volumen mucho mayor. En lo que hay que fijarse pues para saber como de líquido es un valor es en el volumen medio a lo largo de un año por ejemplo.

Manos fuertes: son personas o gestoras que poseen un capital grande y que son capaces de influir en el precio de las acciones. Lógicamente es más normal que la influencia de las manos fuertes tenga mayor peso en valores poco líquidos. Frecuentemente los chicharros son valores donde las manos fuertes hacen y deshacen a su antojo convirtiéndose en auténticas ratoneras para el pequeño inversor.

Fondo: son inversiones diversificadas en varios títulos que pueden ser de renta fija y/o variable. Son dirigidos por gestoras, frecuentemente propiedad de bancos o cajas, aunque no siempre. Los fondos de inversión se contratan por participaciones y su funcionamiento es semejante al de las acciones, usualmente permiten a inversión en sectores o activos usualmente más alejados de las posibilidades del pequeño inversor. Para saber más ir a dónde empezar a invertir.

Apalancamiento: significa que la inversión se hace por más valor del que se invierte, por ejemplo una clásica inversión apalancada es la denostada inversión inmobiliaria pues frecuentemente se compra la hipoteca de una casa con la esperanza de que suba su precio pero la casa realmente no es nuestra sino del banco. Con poco capital hemos hecho una inversión por la que podemos hacer una fortuna pero por la que también se asume un gran riesgo. En el mercado bursátil también nos podemos apalancar mediante varias fórmulas. Tradicionalmente se compraban o vendían acciones a crédito, hoy día eso se realiza mediante futuros, contratos por diferencias u opciones sobre acciones. El apalancamiento amplifica las ganancias potenciales pero también las pérdidas. Recientemente también existen fondos apalancados que permiten operar de esa forma.

Derivado: es cualquier activo que cuya finalidad es únicamente especular con el precio de otro valor del que deriva, de ahí su nombre. Por ejemplo puede haber derivados del petróleo que especularan con su precio a la baja o al alza, pueden ser tamibén opciones, futuros, contratos por diferencias (CFD) etc. En general los derivados incurren en apalancamiento por lo que su riesgo es alto aunque los beneficios potenciales también.

Invertir: cuando compramos un valor o fondo para mantenerlo a largo plazo o metemos dinero en alguna empresa o proyecto como socios o prestamistas o si participamos en la instalación de placas solares estamos invirtiendo. Todo ese tipo de operaciones tienen un denominador común ya que lo que estamos haciendo es invirtiendo en algo que, confiamos producirá beneficios en el futuro. Pronosticamos que recibiremos mucho más de lo que metimos porque el valor rentará en sí mismo, por ejemplo a través de dividendos, en el caso de un inmueble a través del alquiler, las placas solares a través de la venta de la energía, la empresa de la que somos accionistas a través de sus productos. En definitiva nuestro dinero es productivo y además obtenemos un beneficio por él.

Especulación: es comprar un valor o activo solo por el mero hecho de esperar que el precio de venta en el futuro sería mayor. Por ejemplo podemos comprar un inmueble con el objetivo de alquilarlo y rentabilizarlo así o bien comprarlo porque pensamos que en 5 años su precio habrá subido mucho y entonces lo podremos vender por mucho más sin importarnos si durante esos años está completamente vacío. Eso último sería especulación. Con acciones también se puede especular ya que lo único que nos puede interesar es la expectativa cortoplacista de su subida de precio, nada más. La especulación es la madre de las burbujas. Así mismo todos los activos conocidos como derivados son meramente especulativos. En la inversión en acciones la frontera entre esepculación e inversión es tenue. Frecuentemente se diría que un activo mantenido menos de un año sería especulación y otro que se mantenga más ya sería inversión pero eso es un baremo subjetivo naturalmente. Lo que está claro es que a más corto sea el plazo mayor es el grado de especulación de nuestra operación y menor el grado inversor. De la misma forma a cortos plazos influye menos la marcha de la empresa en cuestión y mucho más el ánimo de los compradores y vendedores que especulan a corto plazo con el activo.

Volatilidad: es justamente esa especulación de la que hablábamos la causante de gran parte de las fluctuaciones financieras. En activos poco líquidos la volatilidad puede llegar a ser extrema y el riesgo también mientras que, frecuentemente, en los valores más líquidos es más reducida porque la contribución del capital especulativo es menor. La volatilidad nos marca también la rentabilidad potencial que podemos sacar de intentar un movimiento especulativo en dicho valor. De otra forma la volatilidad también puede incrementarse debido a noticias contradictorias sobre la economía de un país o las cuentas de una empresa lo que lleva a muchos inversores a entrar y salir sin saber si el precio es una oportunidad o bien por el contrario está a las puertas de recortarse.

Tendencia: es el resultado de suavizar la volatilidad por ejemplo mediante una media móvil o marcando una directriz en el gráfico uniendo mínimos o máximos. Con ello podemos ver que el valor a pesar de su volatilidad tiende a subir o bajar a medio o largo plazo. Pueden existir varias tendencias superpuestas que pueden ser contrarias. Por ejemplo puede que un valor a medio plazo esté subiendo pero en realidad a más largo plazo la verdadera tendencia sea a la baja. Todo depende del periodo de tiempo que tenemos en cuenta.

Lateralidad: ocurre cuando no hay una clara tendencia definida. En ese caso el mercado evoluciona en promedio de forma horizontal en el gráfico de ahí que lo llamemos desplazamiento lateral. Esas condiciones son las de mayor dificultad de operación pero también suelen ser las de mayor volatilidad dada la incertidumbre inherente de tal situación.

Divisa: es la moneda en la que trabajamos. Existe un mercado especulativo de cambio de divisas también que actúa las 24 horas de los días laborables. Puede que algunas de nuestras inversiones estén en otras divisas lo que nos obligará a controlar dicho mercado también además de tener en cuenta las potenciales comisiones que nos pueden cobrar por cambio de divisas. Las inversiones que están en divisa extranjera conllevan por tanto un riesgo añadido al de mercado, el riesgo de divisa.


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Finalmente decir que el mejor consejo es leer, leer y leer y beber de muchas fuentes para crearse un criterio propio, yo aquí os expongo el mío que no tiene porque ser el mejor para vosotros. Eso sí, por mi experiencia huiría de aquellos que lo ven todo a partir de un gráfico porque usualmente todo se limita a intentos de predicciones que no son más que elucubraciones ya que se reducen a decir si baja de cierto precio bajará y si sube de cierto otro subirá que es lo mismo que decir si sube subirá y si baja bajará. Y eso como veis lo puede decir cualquiera sin tener que montar todo un tinglado de directrices, soportes y resistencias. Por desgracia, esto es lo que más abunda, incluso en la prensa económica. En fin, que cuidado con los gurús porque es mejor muchas veces fiarse de uno mismo que de cualquier otro.

Fuente: Rankia.
Bolsa para torpes Bolsa para torpes Reviewed by Puzzle on 7/13/2015 Rating: 5
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